“No es oro todo lo que reluce”, escribió Gandalf, “ni toda la gente errante anda perdida”. El mago intentaba convencer a Frodo de que no hiciera caso a las apariencias y que confiara, a pesar de su aspecto, en el montaraz Aragorn. Irónicamente, la primera parte de esta frase sirve para describir a la perfección lo que ha sido “Los anillos de poder”, que ha terminado recientemente su primera temporada en Amazon. Es una serie que reluce con un trabajo visual que brilla, especialmente los paisajes de la Tierra Media, que cobran vida y relucen con un halo de magia cálido. Sin embargo, el oro es tan escaso en esta serie como el mismísimo mithril. Empezó de forma prometedora, buscando la conexión, en el estilo, con la trilogía de ‘El Señor de los Anillos’ de Peter Jackson (ambas empiezan con una voz en off que explica el contexto y en ambas aparece Sauron como principal fuerza a temer). Pero ya en aquel inicio se percibieron problemas de ritmo, con diálogos excesivamente largos, que se han agravado con el paso de los episodios, sumándose a otros problemas impropios de una serie que debe y quiere ser oro para la audiencia.

El principal problema de la serie es la ausencia de un motor que le de dirección. Tanto ‘El Señor de los Anillos’ como ‘El Hobbit’ contaban con una decisión de los protagonistas y un objetivo a cumplir que los llevaba a vivir una aventura. Esta misión daba dirección a ambas historias, por muchas paradas en el camino que se hicieran. Había un objetivo. Llegar a Mordor y destruir el Anillo único. Conseguir el tesoro de Smaug. Pero el texto literario en el que se basa la serie ‘Los anillos de poder’ no está construido de la misma manera. Los epílogos que Tolkien escribió para ‘El Señor de los Anillos’ son prácticamente información de contexto y los guionistas de la serie tenían que dar al conjunto de historias una dirección para que tuviera fuerza. Inicialmente lo encuentran con la búsqueda de Sauron por parte de Galadriel. Y funciona. Hasta que este objetivo se pierde de vista y se diluye con la llegada a Númenor. No es casualidad que la serie haya vuelto a coger fuerza en el tramo final de la primera temporada, donde se recupera la trama de encontrar a Sauron.

‘Los anillos de poder’. Amazon Prime Video.

Entre medio de estos episodios también se suceden los peores momentos de la serie, con escenas poco creíbles y mal dirigidas (como la fuga de Galadriel de la celda), interpretaciones rígidas (especialmente Ismael Cruz Córdova en el papel de Arondir) y caracterizaciones un tanto ridículas (como la presentación de los marineros de Númenor). Pero sobre todo hay un problema de calidad literaria. Los diálogos y las frases pretenden ser del mismo estilo de Tolkien pero no lo consiguen y el resultado a menudo son construcciones artificiales que no funcionan bien. La excepción son los diálogos, en tono cómico, entre Elrond y Durin, y también alguna escena en la que algún actor logra hacer suyo el texto y transmitir emociones genuinas. Las diferentes tramas están demasiado tiempo desconectadas entre ellas pero eso no sería un problema si tuvieran un interés por sí mismas o si se supieran combinar de forma que se reforzara el conjunto. Sin embargo, una trama aparentemente muy tolkieniana como la de los Harfoots, que podría servir para relajar periódicamente la intensidad del resto de tramas, acaba siendo frustrante y contraproducente porque corta la acción muy a menudo.

‘Los anillos de poder’. Amazon Prime Video.

 Las revelaciones de la serie, que se ejecutan en el episodio final, han sido lo peor de esta primera temporada. No sólo porque sean previsibles (seguramente más para los lectores de Tolkien) sino sobre todo porque la ejecución es deficiente, especialmente en el caso de Sauron. La serie busca la forma más rebuscada de desvelar la verdad y por el camino pone en contradicción a Galadriel (es incoherente por parte de este personaje que no diga nada a Elrond) y hace que toda la trama anterior de Halbrand y todas las decisiones que ha tomado no tengan sentido. Sin duda era una mejor solución la que tomó el mismo Tolkien a través del personaje de Annatar. Más sencilla, más coherente y poniendo énfasis en el tema central de la historia de la facilidad con la que el mal nos puede corromper. Este es, sin duda, el mayor error de ‘Los anillos de poder’, que ha hecho con la obra original algo parecido a Celebrimbor con el mithril. Ha cogido un material literario maravilloso, apreciado por lectores de múltiples generaciones, y lo ha mezclado con materiales menores, de los que podemos encontrar en cualquier serie. El resultado es un anillo que brilla mucho a causa de la inversión millonaria que ha hecho Amazon, pero de poder… más bien poco.

Toni de la Torre
Toni de la Torre. TV series critic. Toni works in ‘El Matí de Catalunya Ràdio’, El Temps, Què fem, Ara Criatures, Sàpiens and he also collaborates in TV3 magazine show ‘Tot es mou’. Author of several books on television series and a lecturer at the Barcelona Screenwriters and Showrunners school and in his free time, he likes to give conference on series. Highlights include Premi Bloc de Catalunya 2014.