El teatro filmado es uno de los misterios insondables del audiovisual. Rarísimas veces funciona y aquello que sobre el escenario era intenso e hipnótico en la pantalla se vuelve histriónico y desconectado. El programa Incidents, producido por El Terrat, llega a la parrilla de TV3 con la determinación de reivindicarse como excepción de esta regla universal. Elaborado en base a una idea original de Andreu Buenafuente, en esta primera tanda de cuatro episodios se les ofrece a cuatro compañías de teatro independientes los recursos para crear una ficción televisiva de la nada. Eso sí, hay un puñado de condicionantes: la acción debe transcurrir en un espacio único, el número de actores que pueden salir es limitado y todo se tiene que filmar en un único plano. A partir de estas premisas comunes, La Calòrica, Sixto Paz, El Eje y Companyia Solitària han creado cuatro propuestas muy diferentes, en forma y fondo, aunque la suma de los capítulos sí que permite hacerse una idea de cuáles son las inquietudes de los nuevos creadores que se abren camino en la escena catalana.

La Calòrica es, probablemente, la cabeza de cartel del grupo, ya que han conseguido un éxito notable con montajes como De qué hablamos mientras no hablamos de toda esta mierda, y Las aves. En esta ocasión firman un episodio titulado Snegovik que tiene lugar en un pasillo del Palau de la Generalitat. Hay una crisis energética y dos ministros –de medio ambiente y de empresa– pretenden resolverla de manera no siempre honrosa, mientras intentan mantener a raya a un periodista inquisidor. La pieza muestra cómo la llegada al poder comporta siempre la pérdida de los ideales y esto se expresa en el tono vodevilesco habitual de la compañía. El pasillo da mucho de juego, con las puertas que se abren y se cierran como en una comedia de Lubitsch para hacer emerger una panda de personajes –otra marca de la casa: la multiplicidad de papeles para cada actor– egoístas y patéticos en su gran mayoría. ¿El mensaje de fondo? La indiferencia hacia el cambio climático. Si a un político le dices que de aquí a dos días sobrevendrá un colapso colosal, se considerará afortunado por tener por delante todo un día de margen antes de tener que abordar el tema.

Aún más drástica, y en tono inequívocamente dramático, es la propuesta de El Eje en Demà. El montaje enfrenta al trío protagonista –una “triella”, o pareja de tres– en el fin del mundo, literalmente. Estamos en el año 2043, los parias viven en los pisos bajos de La Barceloneta, donde hay tres palmos de un Mediterráneo desbordado, y en una de estas viviendas precarias una mujer está a punto de parir en tan extremas circunstancias (y tan pobres perspectivas). No estamos lejos del universo Parásitos, donde en este caso el privilegio es, sencillamente, vivir en un segundo piso.

‘Tots sants’. Sixto Paz

No tan apocalíptico, pero no menos inquietante, es el duelo interpretativo entre Dafnis Bauluz y Pau Roca como dos amigos que intentan retomar la amistad mientras preparan juntos unos panellets caseros en Tots sants de la compañía Sixto Paz. A medida que se rompe el hielo, va quedando claro que uno ha triunfado en la vida –como mínimo según los estándares al uso– mientras que el otro está en una situación complicada y ha perdido buena parte de su autonomía personal. Ya no es funcional para la sociedad, y él se da cuenta. Los problemas de salud mental sobrevuelan este diálogo tenso, lleno de impotencia, pero también de ternura.

El catálogo se completa con Perafita 1714, de la Companyia Solitària, en este caso un viaje al pasado para observar una trama clásica –un guerrero herido y una mujer con conocimientos médicos que lo cura– que, aun así, frustra las expectativas del espectador. Las leyes del género dictan que tendría que seguir una relación romántica… y no. Eso sí, los personajes parecen comportarse como si estuvieran en una película, de forma que se plantea la pregunta de hasta qué punto hemos dejado que las lógicas de la ficción se infiltren en nuestras vidas.

‘Perafita 1714’. Companyia Solitària.

Incidents bebe de las series low cost que intentan hacer de la necesidad, virtud. Y de las limitaciones, estímulo creativo. Puede recordar a El colapso por su uso sistemático del plano secuencia único como máquina de capturar momentos en su totalidad donde se ve cómo reaccionan las personas a aquello que se podría denominar el apocalipsis tranquilo. La generación milenial parece coincidir al equiparar la actitud de la sociedad actual con aquella rana que, metida en una olla que va subiendo de temperatura hasta la ebullición –y la metáfora resulta en este caso literal– es incapaz de dar el salto que la sacaría de allí. Otro referente es Room 104, aquella serie que transcurría siempre en una única localización, pero cada vez acogiéndose a un género diferente, y cambiando de historias y actores.

Incidents es una propuesta que tiene vocación de servicio público, permite conocer compañías teatrales emergentes (gracias también al breve reportaje posterior a los capítulos), acerca dos mundos que demasiado a menudo se dan la espalda y nutre TV3 de creadores que hasta ahora no se han podido expresar para un público amplio. Cada episodio es un cartucho y, como pasa en las compilaciones, sería absurdo esperar que todos hagan diana. Pero el planteamiento es atractivo, porque las piezas superan el cliché del teatro filmado y estático, y a la vez sí que conservan virtudes como la intensidad interpretativa, el placer de la palabra dicha y escuchada o la creación de una atmósfera inquietante. Y el puñetazo que quiere ser revulsivo social, claro está.

Àlex Gutiérrez
Àlex Gutiérrez. Periodista especializado en medios de comunicación y audiovisual. Actualmente trabaja en el diario ARA, como jefe de la sección de Media y autor de la columna diaria ‘Pareu Màquines’, donde hace crítica de prensa. En la radio, colabora en ‘El Matí de Catalunya Ràdio’ y en el ‘Irradiador’, de iCatFM. También es profesor en la Universitat Pompeu Fabra. Su capacidad visionaria queda patente en una colección de unos cuantos miles de CDs, perfectamente inútiles en la era de la muerte de los soportes físicos.