No hay peor enemigo que una madre que está dispuesta a matar por estar con sus hijos. Ya puede un superhéroe ser capaz de transformar unos círculos o unos látigos de fuego en una herramienta letal, que nada será suficiente para frenar el amor de una madre. En ‘Doctor Strange en el Multiverso de la Locura‘ -la segunda película del doctor Stephen Strange-, el famoso hechicero se enfrenta a Wanda Maximoff, la Bruja Escarlata, que tiene como objetivo vital reunirse con sus hijos. Los que han visto la miniserie ‘WandaVision‘, sobre la vida en común de Bruja Escarlata y el amor de su vida, Visión, entenderán de dónde salen esos hijos y por qué no está con ellos. El resto irá más que perdido.
Marvel es un universo tan hiperconectado que no es de extrañar que los que no miran todas las películas y series de la franquicia vayan un poco despistados. Por ejemplo, si no se ha visto la última película de Spider-Man (‘No Way Home‘), se escapará un importante detalle, que sirve de inicio del film. Y es que… si hay multiversos, es porque Strange, en un momento del film del hombre araña, realiza un hechizo para ayudar a Peter; un hechizo que le sale caro y que despierta multiversos: múltiples realidades alternativas que coexisten en el tiempo, pero que son independientes las unas de las otras. Esto hace que existan varios doctores Strange, tantos como universos hay. Y que la película sea compleja de entender para alguien que no siga a rajatabla todas y cada una de las creaciones de Marvel.
‘Los Vengadores‘, sin ir más lejos. Hay que tenerla presente para que todas las piezas del puzle encajen. ¿Cuál fue el verdadero papel del Doctor Strange en el chasquido de dedos de uno de los peores malvados de Marvel, Thanos? ¿Qué hizo en los distintos universos existentes? Incluso es necesario conocer el desarrollo de la saga de mutantes X-Men para comprender algunas escenas. ¿Qué hace el Profesor Xavier (interpretado por Patrick Stewart) en una película de Strange? ¿Cuál es su papel? Todo este barullo de interconexiones puede resultar confuso a ojos de un espectador que, simplemente, busque acción o una forma de desconectar de la realidad. Se necesitan muchos datos para dar sentido a todo el montaje.

A pesar de todas las tramas que hay entrelazadas y de lo fácil que es hacerse las mil y una preguntas, la película de Sam Raimi -creador de la trilogía de Spider-man- consigue su objetivo: entretener durante dos horas a un público que busca evadirse dentro del mundo de la ciencia ficción, y, por descontado, satisfacer a unos fans que estaban ansiosos de superhéroes, después de la taquillera ‘No Way Home’, que tan buen sabor de boca dejó en su esperado estreno. Doctor Strange no aparecía en solitario desde el año 2016 y lo necesitábamos en nuestras vidas. Necesitábamos que hiciera magia con sus círculos dorados y se enfrentara a una visceral malvada, encarnada por la Elizabeth Olsen, cegada por el amor hacia su familia.
El actor británico Benedict Cumberbatch vuelve a estar sobresaliente. El papel le viene como anillo al dedo, aunque para los que hayan visto recientemente la película ‘El poder del perro‘ -dirigida por Jane Campion y ganadora del Globo de Oro a Mejor Película Dramática-, donde interpreta a un indeseable personaje en medio del oeste, quizás se les haga un poco raro verlo ahora ataviado con una capa roja y luchando contra el mal. Sin embargo, pronto nos acostumbramos al doctor Cumberbatch Strange, con su particular sentido del humor y sus sarcásticos comentarios. Y si a ello le sumamos que podemos verlo multiplicado por dos, tres o cuatro, en los múltiples universos, mucho mejor.
