Ser madre puede ser (también) una pesadilla
La pesadilla de que todo en tu vida acabe girando alrededor de la criatura, que tu vida personal desaparezca hasta el punto que no te conozcas a ti misma y que olvides cómo era eso de salir con las amigas. Sentirse devorada por la maternidad es una sensación que está en el centro de la serie “The Baby”, una mezcla de comedia y terror protagonizada por un personaje que, de hecho, tiene muy claro que no quiere ser madre.
Por mucho que a su alrededor todas sus amigas tengan hijos o los estén esperando, Natasha se mantiene en su idea de continuar siendo una mujer independiente, libre de las responsabilidades pantagruélicas que supone cuidar de otro ser humano. Ni siquiera el hecho de estar acercándose a los 40 años le hace cambiar de opinión. Pero un golpe del destino, o simplemente la mala suerte de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, harán que acabe siendo responsable de un bebé. Un bebé que cae, literalmente, del cielo para acabar aterrizando justo en los brazos de Natasha.

Con este punto de partida tan sorprendente, “The Baby”, que se puede ver en HBO Max, logra captar la atención de inmediato. Y lo que viene a continuación todavía es más chocante: Natasha intentaré deshacerse del bebé, pero cada vez que lo intenta sucede algo violento (y absurdo) que hace que la criatura vuelva a sus manos. Hay mucha gente que muere alrededor de este bebé, lo que hace sospechar a Natasha y al espectador si, por muy regordetes que tenga los mofletes y por muy angelical que sea su sonrisa, el bebé tiene poderes y está asesinando a gente a voluntad. ¿Es diabólico? ¿O quizás es simplemente el miedo a la maternidad de la protagonista manifestándose a través de una pesadilla irreal?
A través de esta incógnita, el tándem de guionistas formado por Sian Robins-Grace y Lucy Gamer, hace avanzar las peripecias de la protagonista con el bebé, que transcurren entre escenas de violencia abrupta que recuerdan a “Fargo”, ataques de histeria colectiva y referencias elocuentes a “La semilla del diablo”.

La serie loga capturar con sentido del humor la desesperación de la maternidad, especialmente la que se produce durante los primeros meses de vida de la criatura, cuando las expectativas idílicas quedan trituradas por la realidad de la dificultad de que el bebé se coja al pecho, los llantos de “cólicos” y las noches sin dormir que hacen que la realidad de cualquiera puede adquirir tintes tan irreales como los que “The Baby” usa para crear su universo pesadillesco. La actriz Michelle de Swarte (“The Duchess”) transita muy bien entre la expresión de horror y las reacciones cómicas. Pero a pesar de las risas, la serie está explorando un tema controvertido como el rechazo del recién nacido por parte de la madre, y la dificultad de asumir que ser madre implica cambiar las prioridades de forma definitiva.

Incluso se puede permitir explorar la idea del deseo de asesinar al bebé, corriendo el riesgo de cruzar una línea roja que más de un espectador no estaría dispuesto a aceptar si no fuera una serie que juega con el género del terror. Y si no fuera porque la duda sobre el carácter malvado del bebé podría justificar su asesinato como un acto de supervivencia. Es una lástima que la historia de “The Baby” pierda fuelle a medida que avanza y que a la búsqueda de la madre biológica del bebé le falte pulso narrativo para ser verdaderamente entretenida y justificar los ocho episodios de una serie a la que le cuesta estar a la altura de su sorprendente punto de partida. Sin embargo, su particular mezcla de terror y comedia, a veces moviéndose de una a otra con una facilidad sorprendente, es suficiente para recomendar el visionado, especialmente a esas madres que dicen “lo quiero mucho pero a veces lo mataría”. Esta es vuestra serie.
