… y es que había tardado en llegar una serie sobre Lola Flores. Una serie documental, nada de ficción. Porque la Faraona la superaba.
Este 28 de octubre, Movistar+ estrena ‘Lola’, una producción en colaboración con 100 Balas (The Mediapro Studio) dirigida por Israel del Santo que también cuenta con la participación de Lolita, Rosario y Carmen Flores, además de otros 40 entrevistados como Rosalía, Mala Rodríguez, C. Tangana, María José Llergo, Nathy Peluso, Alaska, y Valeria Vegas.
Una apuesta que narra la historia de la artista pero también la nuestra. Porque mientras vas adentrándote en su figura, vas entendiendo que no seríamos los mismos sin ella. Que frases que creíamos nuestras, de nuestra época, o de nuestro entorno, son cosecha de aquel terremoto de Jerez que tenía muy claro a dónde quería llegar.
Esta serie documental es una cuenta pendiente que teníamos con Lola Flores. De hecho, todo lo que se haga para mantenerla “viva”, lo es. Porque desempolvar sus entrevistas y volver a escucharla se podría tildar casi de servicio público. Igual que rescatar sus actuaciones, aquellas en las que “ni cantaba, ni bailaba, pero no nos podíamos perder”.
‘Lola’ es para quienes tuvimos el placer de compartir época con ella, y para los que lamentablemente se la perdieron. Es de esas personas con las que todos nos deberíamos topar una vez en la vida. Y, si es en formato serie documental, que así sea. ¡Amén!
«Tengo más arte que nadie y os lo voy a demostrar»
Es una de las centenares de frases de Lola Flores que dejaban sin palabras a quienes la estuvieran escuchando. Porque ella no permitía que nadie dudara de su valía. Costara lo que costara, iba a convertirse en la Faraona y así empieza el documental, con el descubrimiento de su talento desde niña.
Por supuesto, para que alguien llegue a convertirse en un icono no puede hacerlo a solas. La producción se encarga de perfilar a los padres de la artista. A los creadores y responsables de que una joven gitana de clase baja arrasara por donde pisaba. De que pudiera ser profeta primero en su tierra, para más tarde rendir el mundo a sus pies.
Su familia, sus mentores, sus amoríos, sus amistades y sus decisiones aparecen de una u otra forma en el documental para desmentir rumores que se dijeron sobre su vida, o incluso para agrandarlos. En el fondo, esas anécdotas que desconocíamos o habíamos olvidado son lo de menos, porque lo más es ella.
Todos ellos son personajes secundarios de una historia con una protagonista que hace sombra a quien se le acerca. Que nunca deslumbró por su belleza, ni por su voz, ni por su baile, sino que fue su arrolladora personalidad la que encumbró el resto de virtudes al estrellato. Como lo hizo con la gente que se le acercaba. Aún hoy sus hijas brillan con parte de su luz, pero nadie tanto como ella. Ya advertía Lola que tenía más arte que nadie y así lo demuestra el documental.
Un trabajo de documentación con el que entendemos su historia y la nuestra
Durante los cuatro capítulos de la serie se entrevista a amigos, familiares y artistas inspirados en ella. Así como a historiadores e investigadores. Pero si algo acaba de redondear la apuesta son los momentos inolvidables que protagonizó la Faraona tanto en sus películas como en las entrevistas que concedió.

Gracias a la participación de la propia familia, el material que muestra la docuserie con imágenes de la propia artista hablando de diferentes episodios de su vida la convierten en uno de los mejores biopics que existen sobre ella.
Imágenes de archivo recopiladas y vistas con la perspectiva de un tiempo que pone a cada uno en su lugar, pero no siempre. A veces le quita el puesto a quien más lo merece. Sensación que te deja la producción tras ver de nuevo en acción a la Faraona.
En un momento en el que faltan referentes
Y es que Lola Flores fue más que una folclórica con nombre fácil de recordar. Como muchos la resumirían ahora. Lola abrió las puertas a que existiera una Rosalía ahora y otras muchas artistas antes que quisieron mostrar su talento al mundo sin pedir perdón. Al contrario, acabar diciendo: “De nada”.
Esta docuserie llega en un momento en el que faltan referentes. Sobre todo femeninos y siempre es importante reivindicar a las pioneras. El anuncio de Cruzcampo – “con mucho acento”- ya dio indicios de cómo la Faraona aún es capaz de revolucionar a quien la ve.

Por eso hay que volver a escucharla, hay que volver a verla. Hay que tatuarse a esa mujer que no fingía una humildad forzada. Que conocía la misión vital que debía cumplir y no permitió a nadie que la frenara. Una mujer con un don incontestable y que quiso explotar al servicio de la cultura. No había barreras para ella, ni lastres sociales que la empequeñecieran. Ni tabús en entrevistas, ni arrepentimientos sin sentido. No nos podemos perder este documental, porque al acabarlo solo deseas “comerte el mundo como Lola Flores”.
