Carolina Yuste (Badajoz, 1991) está que no se lo cree. Acaba de estrenar la comedia coral y social “Sevillanas de Brooklyn”, poco después de admirarla en “El cover” y en “Chavalas”. Su revelación fue “Carmen y Lola”, por la que ganó el Goya a la Mejor Actriz Revelación, y, entre finales de este año y principios de 2022, la volveremos a disfrutar en los nuevos films de Jaime Rosales y de Arantxa Echevarría. Hablamos del innegable boom Carolina Yuste, de la representación de la mujer en el mundo audiovisual, de teatro, de sus padres, de sus amigas y de todos estos rodajes que la han hecho crecer como actriz y como persona.

¿Cómo estás viviendo este boom Carolina Yuste? ¿Con un poco de vértigo?

Estoy muy contenta, y lo digo todo el rato. Con la que está cayendo, me siento una privilegiada, soy muy afortunada. Además, me llegan proyectos de lo más diferentes. No quiero darle espacio al vértigo, al miedo.

A ver, para que nos entendamos: ¿cuántos guiones tienes ahora mismo sobre la mesa, en el baño, en la mesita de noche? 

¡Pues no lo sé! Lo peor, o lo mejor, es que yo no los tiro. Me dan pena. Son parte de los recuerdos de lo que me está pasando. En mi casa conviven los guiones de cine con los textos teatrales, como el de esta “Prostitución” que, a finales de año, llevaremos al Teatre Nacional de Catalunya, de Barcelona. Un montaje del que estoy muy orgullosa, con la firma de Andrés Lima, ahí es nada.

¿Y cuántas veces te han dicho, en los últimos meses, “Carolina, es que tú no paras”?

¡Ja, ja, muchas! Lo que ha pasado es que, por culpa de la pandemia, los rodajes y los estrenos se han juntado. Me imagino que, a partir de ahora, irá por temporadas: a veces trabajaré mucho, y, otras, menos. Ahora quiero tiempo para descansar y ver a mis padres. Hace un año y medio que no los veo.

Cuando estudiabas para ser actriz, ¿tenías plan B por si la cosa no funcionaba?

La verdad es que no. Nunca pensé en estudiar otra cosa. Lo que sí es cierto es que, si no me iba bien, tenía planeado irme a la montaña a cuidar mi huerto. Como decía antes, la vida es muy larga, acabo de empezar, y, más adelante, quizá cambia mi carrera.  

¿Tenías y tienes referentes en el mundo de la interpretación? 

¡Mogollón! Son actores y actrices populares, y otros que no lo son y que actualmente no están currando, pero que ahí siguen, luchando por tener su visibilidad. ¿Dos de mis ídolos? Carmen Machi y Nathalie Poza, con las que ahora estoy trabajando en “Prostitución”. Me fascinan las dos, y, encima, son muy buenas personas. También admiro a Penélope Cruz, y mira todo lo bueno que le está pasando ahora con “Madres paralelas”. ¡Qué bonito!

Y un día te llega el guión de “Sevillanas de Brooklyn”. ¿Qué te atrajo de él?

Me acuerdo de que me emocionó mucho. Sí, es una comedia, pero yo acabé llorando. Resonaba dentro de mí, por cómo habla de las familias de clase trabajadora que tienen que luchar para que sus hijos estudien. “Sevillanas de Brooklyn” se mueve dentro de un código cómico en el que nunca antes me había movido. Es una película que puede llegar a un público amplio sin renunciar a contar cosas profundas, como son los prejuicios al que es diferente.

Ana, tu personaje en “Sevillanas de Brooklyn”, como también ocurría en “Carmen y Lola” (2018), “El cover” (2021) y “Chavalas” (2021), parte de un entorno duro, desde el que tiene que luchar mucho para triunfar. ¿Son personajes que te enseñan lecciones de vida? ¿Son unas valientes?

Sí, y puedo entender perfectamente las situaciones por las que pasan todas estas chicas. Y está bien que el cine cuente temas así, y que no siempre nos hable de historias de burgueses. Nada en contra de las historias de burgueses, ¿eh? Solo pido variedad.

Con este reparto de “Sevillanas de Brooklyn”, inevitable preguntarte: ¿te debías partir de risa cada dos por tres, no? ¿Y tenían que cortar el rodaje? 

Imagínate, rodar con Estefanía de los Santos, Manolo Solo, Canco Rodríguez, Andrea Haro… Sus personajes son muy divertidos, y, a la vez, ellos son muy divertidos como personas. Nos reíamos dentro y fuera del rodaje. Y cuando nos íbamos de cañas, más.

¿Improvisabais? 

A ver, Vicente Villanueva, el director, lo tenía todo bastante claro y medido. A partir de aquí, y dentro de unas pautas, éramos libres para jugar con nuestras líneas de guion. Pero, no, no improvisamos tanto como en “Chavalas”.

«Sevillanas de Brooklyn»

Vamos a tus inicios. ¿Cómo recuerdas ese momento en que tú y la directora Arantxa Echevarría iniciáis el rodaje de “Carmen y Lola”? ¿Ni sospechabais que la película se convertiría en un fenómeno?

¡Para nada! Recuerdo esa energía de estar contando algo especial, la relación amorosa de esas dos mujeres dentro de un ambiente como es el gitano. Y la entrega de todo el equipo de esta película de bajísimo presupuesto. Y, de repente, se produce el boca a boca, y “Carmen y Lola” va muy bien en los cines y entre la crítica, y también comienza a viajar por festivales. Fue chulísimo, por ejemplo, estar en un festival en Rabat.

¿Dónde guardas el Goya a la Mejor Actriz Revelación por “Carmen y Lola”?

En casa de mi padre, en Badajoz. Lo tiene colocado al lado de “El Quijote” y junto a la tele.

Desde ese recordado y militante discurso tuyo al recoger el Goya, en el que hablaste de la presencia de las mujeres en el cine español, hasta ahora, ¿hemos avanzado poco, bastante, mucho?

Sí, sin duda. Si miramos a lo que ha pasado en los últimos tres años, han surgido directoras como Clara Roquet (“Libertad”), Carol Rodríguez Colás (“Chavalas”) o Júlia de Paz Solvas (“Ama”), y se han rodado una gran cantidad de óperas primas realizadas por mujeres. Directoras que ya se han convertido en referentes de futuras cineastas. ¿Y qué ha pasado en los últimos festivales de Venecia y Cannes? También los han ganado mujeres: en Cannes, Julia Ducournau con “Titane”, y en Venecia, Audrey Diwan con “El acontecimiento”. Pero no nos podemos despistar, no hay que dejar de luchar por la presencia de las mujeres en el audiovisual.

«Chavalas».

Pero no solo has estado en pequeñas películas. En tu reciente trayectoria, también hay un gran parque de atracciones, a nivel de producción y de equipo, como es “Hasta el cielo” (2020), de Daniel Calparsoro. ¿Cómo lo viviste? ¿Fue como, de golpe, estar en Hollywood? 

Sí, sí, de repente, llega “Hasta el cielo”, y fue muy guay. Un proyecto completamente diferente a “Carmen y Lola”. Una película de acción con coches carísimos. Flipante. Es interesante aprender de cada proyecto.

No hace mucho se estrenó “El cover”. Aquí mismo entrevistamos a su director, Secun de la Rosa, y dijo que estaba maravillado contigo. ¿Tú igual con él?

Secun sí que es maravilloso. Un ser que es todo amor y luz, súper especial. Y mi personaje era un caramelito. ¡Disfrazarme de Amy Winehouse, un sueño! Además, “El cover” reivindica a esos artistas que no están en el foco de atención y que a menudo son denigrados. Fue llegar al rodaje, en Benidorm, y quedarme loquísima al conocerlos en su espacio. La peli de Secun ha sido otro regalo en mi vida.

Tienes en cartel “Chavalas”, que, además, está gustando mucho. ¿Qué es lo que más te agrada de ella? 

“Chavalas” es estupenda. Y amo a mis tres chavalas de Cornellà con locura, a Vicky Luengo, Elisabet Casanovas y Ángela Cervantes. Es un guion que me toca mucho, y me identifico con el personaje de Vicky. Yo también dejé a mis amigas de Badajoz de toda la vida para irme a trabajar a otros sitios. Pero siempre vuelvo y me reencuentro con ellas. Mis amigas se han emocionado con “Chavalas”, y cada una se ha reconocido en un personaje.

«El cover».

En este último año y pico, ¿cuántas pruebas de la COVID-19 te has hecho en un rodaje? ¿Incontables? 

Creo que dejé de contarlas cuando tenía hechas 120. Me he hecho muchísimas. Hacerse la PCR ya forma parte de la normalidad de los rodajes actuales. Una película reúne a tanta gente…

Tengo muchas ganas de ver “Girasoles silvestres”, el film que has rodado a las órdenes de Jaime Rosales? ¿Cómo es Rosales?

Es una persona que se preocupa hasta el mínimo detalle de la película: desde las actuaciones de los protagonistas a las acciones de los figurantes. Jaime siempre está ahí, y, a partir del guion, también te deja jugar. Y eso es lo que hace que sus obras sean tan especiales y tan diferentes entre ellas. No es un director de brocha gorda, sino todo lo contrario. En “Girasoles silvestres”, yo solo trabajé dos o tres días. Hay otros actores, como Anna Castillo o Quim Àvila, que tienen más protagonismo.

Te veremos en “La familia perfecta”, lo nuevo de Arantxa Echevarría, la directora de “Carmen y Lola”. El título debe de ser irónico, ¿no?  Claro, es la familia más imperfecta de la galaxia. Y, como proyecto, no tiene nada que ver con “Carmen y Lola”, está en la otra punta: hemos pasado de una peli pequeña, pequeña a una producción bastante más importante. Lo único que es igual es el sello de Arantxa, que sigue ahí, inamovible, inconfundible. El personaje de Belén Rueda es el centro de esta familia disparatada. Se ha pasado la vida sin que la dejaran ser ella misma, y las cosas están a punto de cambiar.

Pere Vall
Pere Vall es periodista cultural y del mundo de la farándula en general, especializado en cine. Colabora en Time Out, Ara, RNE y Catalunya Ràdio, y fue redactor jefe en Barcelona de la revista Fotogramas durante más de 20 años. Fanático de Fellini, de las películas de terror buenas, regulares y malas, y del humor y la comedia en general. De pequeño quería parecerse a Alain Delon, y ha acabado con una cierta semejanza a Chicho Ibáñez Serrador. No se queja de ello.