El cliché dice que el cine europeo retrata a personas complejas enfrentándose a situaciones cotidianas, mientras que el americano hace exactamente lo contrario: poner personajes ordinarios en tesituras extremas. Y si hay una serie que cumplía el tópico es “Breaking Bad”, y su profesor mediocre de secundaria convertido en improbable lord de la droga. Bryan Cranston estará ya por siempre jamás más ligado a este papel y, si bien ha experimentado con otros registros –desde mentor de los Power Rangers hasta el presidente Lyndon B. Johnson– para el espectador medio siempre será Walter White.

El actor asume en “Your Honor” el reto de volver a encarnar un papel con bastantes puntos de contacto con el personaje que le dio la fama. Se trata del juez Michael Desiato, que se ve inmerso en un dilema moral de primer grado. Su hijo adolescente ha matado involuntariamente, en un accidente de coche, a otro joven. Cuando está a punto de entregarlo a la policía, confiando que escapará del embrollo con una pena menor, a pesar de haber huido preso del pánico del lugar del accidente, descubre que la víctima no es una persona cualquiera, sino el hijo de uno de los capos mafiosos de la ciudad de Nueva Orleans. A partir de aquí, se echa atrás y empieza a urdir un plan para evitar que su hijo sea descubierto, puesto que da por hecho que lo asesinarían.

"Your Honor"
«Your Honor».

La serie es, fundamentalmente, el intento del magistrado –un hombre recto y brillante– por mantener el barco de la coartada de su hijo a flote, a pesar de que cada vez el destino va abriendo más vías de agua. Es una ficción pensada para hacer sufrir, puesto que el espectador acompaña al juez Desiato y, por lo tanto, tiene más información que el resto de personajes que van intentando averiguar las circunstancias exactas de su accidente. El hecho que el joven conductor sea una buena persona –a veces hasta el punto de la caricatura– y que varias circunstancias le restan kilos de culpa en lo que pasó, hace que el público participe del dilema entre hacerse justicia y pasar página.

Esta es la trama superficial. Pero como era de esperar en una serie que llega con el sello del matrimonio formado por Robert y Michelle King –responsables, por ejemplo, de “The Good Fight”– “Your Honor” tiene cierta línea editorial digamos política. La cuestión racial, por ejemplo, está muy presente en la historia. Porque el encubrimiento del accidente acaba haciendo que un joven adolescente, negro, se vea sometido a una presión intolerable. Las consecuencias de la pobreza estructural aparecen, además, en varias tramas secundarias y paralelas.

«Your Honor».

La parte judicial, en cambio, se le atribuye más bien al guionista Peter Moffat, que antes de dedicarse al audiovisual (“The Night Of”, “Criminal Justice”) había ejercido de barrister, una figura inglesa asimilable a la de un abogado de tribunales. A pesar de que “Your Honor” es la adaptación de la serie israelí “Kvodo”, Moffat ha aprovechado su conocimiento sobre todo aquello que pasa entre las bambalinas de los juzgados. Las togas imponen autoridad, pero debajo sigue habiendo humanos con todas sus contradicciones.

Todo ello está narrado con mucha eficacia y algunos momentos de brillantez. La escena del accidente, por ejemplo, es muy intensa y con una minuciosidad por los detalles escabrosos que de nuevo hacen pensar en “Breaking Bad”. Pero la serie no pretende en ningún momento ser una réplica: estamos mucho más cerca del género procedimental, solo que con un envoltorio visual algo más rico que la típica serie de juzgados. Y unos secundarios que redondean la propuesta, sobre todo Michael Stuhlbarg como jefe mafioso (en un papel radicalmente diferente al del protagonista de “A Serious Man”, de los Coen, que lo hizo popular) o Amy Landecker (una de las hermanas de “Transparent”, aquí en el papel de detective que quiere resolver el caso).

En la mejor tradición del noir, la serie nos muestra cómo la podredumbre llega a todos los rincones e incluso a los hombres más rectos y honestos, si se encuentran entre la espada y la pared. Mientras tanto, los tres principales jóvenes de la serie acaban siendo víctimas del mundo que se supone que tienen que heredar. La visión es cualquier cosa menos complaciente.

Àlex Gutiérrez
Àlex Gutiérrez. Periodista especializado en medios de comunicación y audiovisual. Actualmente trabaja en el diario ARA, como jefe de la sección de Media y autor de la columna diaria ‘Pareu Màquines’, donde hace crítica de prensa. En la radio, colabora en ‘El Matí de Catalunya Ràdio’, con Mònica Terribas y en el ‘Irradiador’, de iCatFM. También es profesor en la Universitat Pompeu Fabra. Su capacidad visionaria queda patente en una colección de unos cuantos miles de CDs, perfectamente inútiles en la era de la muerte de los soportes físicos.