Nunca la física cuántica dio para tanto. ‘Tenet’ es una explosión de cerebro, una sobredosis de información que no entendemos, que escapa de nuestros conocimientos, que nos abruma y nos colapsa.La paradoja del abuelo, el algoritmo, los viajes en el tiempo, la inversión, la posteridad, la pinza temporal… No estamos preparados para tantos conceptos ni universos paralelos, pero nos enganchamos porque hay acción. Y de la buena. Efectos especiales que elevan nuestra atención cuando los diálogos sobre el pasado y el futuro nos sobrepasan. Christopher Nolan nos da una clase magistral sobre física cuántica y a la vez, nos ofrece un espectáculo visual que nos mantiene enganchados al asiento.
El director de las ‘historias – paranoia’ es un experto en dejar nuestro cerebro sacando humo. Tiene la capacidad de crear mundos donde nunca hemos estado. Lo hizo con ‘Memento’ -aún estamos contando Polaroids-, luego vino ‘Origen’ -implantar ideas en los sueños…, ¿cómo?-, lo repitió en ‘Interstellar’ -aquella imagen de Matthew McConaughey tras la estantería, en un universo paralelo, aún clavada en nuestra mente-, y ahora vuelve a dejarnos fuera de juego con ‘Tenet’, una producción donde, aunque no lo parezca, todo tiene sentido. El director nos deja descolocados con los movimientos invertidos, haciendo que los personajes se muevan hacia atrás y las balas recuperen su lugar en la pistola. Pero al final, cierra el círculo.

Espectáculo incluido, como nos tiene acostumbrados. ¿O es que nadie recuerda al malvado de Bane saltando del avión en la película de Batman ‘The Dark Knight Rises’? ¿Que hay que estrellar un avión contra un edificio? Pues se hace. O por qué no: cogemos un coche en marcha y hacemos que conduzca al revés mientras el mundo va en la otra dirección. Lo suyo es el show. Nolan nos exige mucho como espectadores, nos estruja las neuronas sin mesura, pero, a cambio, nos regala un espectáculo. Y en el pack incluye, en esta ocasión, a un malo malísimo: el actor Kenneth Branagh, que hace de antagonista despiadado y sin escrúpulos, deseoso por controlar el futuro.
¿A quién no le gustaría cambiar algo del pasado? No es la primera película, ni será la última, que profundiza en los viajes en el tiempo, un tema que llama la atención por lo imposible que resulta para el ser humano. ‘Regreso al futuro’ es el ejemplo más conocido, y el que muestra el peligro de cambiar lo sucedido, lo que se conoce como ley causa-efecto o efecto mariposa: el aleteo de un insecto puede cambiarlo todo. ‘Atrapado en el tiempo’ también juega con el reloj: un día se repite una y otra vez, muy a pesar de lo que desea el protagonista, Bill Murray. O el mismo ‘Terminator’. Aunque no hace falta ir tan lejos: tenemos la producción ‘Vengadores, Endgame’, cuyos superhéroes cambian el pasado para que Thanos no se haga con el poder. Y una de las más alternativas, ‘Mr. Nobody’, con Jared Leto: las vidas de una misma persona en función de la decisión que toma.

Ahora que las salas de cine atraviesan su peor momento a causa de la pandemia, ‘Tenet’ ha sido una más que bienvenida inyección de dinero. Desde su estreno, el 26 de agosto, ha recaudado casi 308 millones de dólares. De momento, People’s Choice Awards ya la ha nominado como mejor película de acción de este año. No sería de extrañar que la banda sonora, de Ludwig Göransson, se llevara algún premio también, por el clima de tensión que genera a lo largo de toda la cinta. Y es que las producciones de Nolan son eso: estados de tensión, misterio, intriga, suspense. La física cuántica, al final, es lo de menos. Ya lo dice uno de los personajes en el film: «No intentes comprenderlo. Siéntelo».
