Hay un montón de títulos que tienen el don de gustar a mayores y pequeños por igual
Hay una falsa creencia que si una película o serie es “para todos los públicos” o lleva la etiqueta “familiar” puede gustar a todo tipo de espectadoras y espectadores, tengan la edad que tengan. No es verdad, entre otras cosas porque, sobre todo en el segundo caso, se confunde la voluntad de ser transversal con explicar relatos llenos de moralismo y aires infantiles. Pero afortunadamente, hay un tipo de título que torpedea las etiquetas porque lo que explica nos interpela a todas y todos, porque en el fondo el espíritu aventurero no tiene edad y lo que realmente une generaciones es la capacidad de maravillarse ante las grandes historias.
Por eso, ahora que hacen falta recomendaciones de películas y series, es el momento de reivindicar los grandes clásicos del entretenimiento familiar, de aquellos que descubrimos de pequeños y después se vuelven de transmisión generacional.

En cine, lo primero que se tiene que ver es la saga Indiana Jones (os dirán que hay cuatro films, pero son tres), que puede parecer una recomendación muy obvia, pero es el paradigma de cómo embarcar al público de todas las edades en un viaje inolvidable. Obras también dirigidas por Steven Spielberg como “Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio” o “Ready player one”, o producidas por él como “The Goonies” o “El secreto de la pirámide”, la saga de “La Momia” de Stephen Sommers (estas también son tres, pero asumiendo que la última baja el nivel), un ejemplo de cómo modernizar los mitos del terror para todo tipo de miradas.
Las películas del estudio Ghibli, con maravillas animadas como “Porco Rosso”, “El viaje de Chihiro” o “Mi vecino Totoro” (todas forman parte ahora del catálogo de Netflix), films que parten de los ojos infantiles para hablar también de los adultos, como “Matilda”, “Donde viven los monstruos” o “Cuenta conmigo”; el grueso del catálogo de Pixar, muy pronto en la nueva plataforma de Disney, que desde hace tiempo ha demostrado saber conectar a mayores y pequeños con joyas como “Up!”, las dos entregas de “Los increíbles” o las cuatro “Toy Story”.

Y, por supuesto, el universo expandido de Marvel, uno de los ejemplos más modélicos de cómo explicar historias que no discriminan por edad y generan un entusiasmo compartido. Ahora que hay la necesidad de un ocio doméstico, recorre el camino que lleva a “Avengers: Endgame” es un magnífico antídoto para el confinamiento.
Hay géneros que parecen exclusivamente infantiles pero resulta que también pueden tener muchos alicientes para el espectador adulto
Respecto a las series, los catálogos de las plataformas acostumbran a incurrir en el error de diferenciar sus productos entre los que son para adultos y los que son “para toda la familia”, a menudo porque se considera que determinados argumentos no son del gusto de niños y niñas, o porque hay géneros que parecen exclusivamente infantiles pero resulta que también pueden tener muchos alicientes para el espectador adulto.
Unos y otros se pueden fiar de títulos tan populares como “Stranger things” (Netflix), las series de DC de la cadena CW (sobre todo “Supergirl” y “The Flash”, ambas en HBO), adaptaciones de grandes textos literarios como “Anne with an E” o “Una serie de catastróficas desdichas” (Netflix), la animación transversal que proponen “Carmen Sandiego” o “Trollhunters” (Netflix), “The clone wars” (uno de los mejores derivados de “Star Wars”, que se encontrará íntegra en Disney+). Sin olvidar una serie que a menudo no se cita en este tipo de recopilaciones, pero es imprescindible: “Doctor Who”. Su calidad no es una ciencia exacta, pero lo que explica y cómo lo explica la hace idónea para un viaje conjunto. Nunca mejor dicho.

Periodista y escritor. Crítico de series en ‘El Món a RAC1’ y en el programa “Àrtic” de Betevé. Autor del ensayo “Al filo del mañana”, sobre cine de viajes en el tiempo, y de “Poder absoluto”, sobre cine y política.